Ainhoa Ormazabal, profesora de Servicios y Atención al cliente del Basque Culinary Center

Ainhoa Ormazabal Basque Culinary Center

Como profesora de Servicio y Atención al Cliente, ¿qué considera que es primordial en la atención al cliente?

La actitud del personal. Que todo el equipo, tanto cocina como sala, tenga claro que el objetivo primordial del servicio sea que el comensal tenga una experiencia única según las necesidades del mismo.

A lo hora de dar clase en el BCC, ¿qué aptitudes tipifica como básicas o imprescindibles en sus alumnos que se quieren dedicar a este sector?

Ante todo, amabilidad, capacidad de observación y de escucha, y que sepan gestionar tanto las emociones propias como las ajenas.

En relación a esto, ¿ha tenido alguna mala experiencia en algún restaurante o bar en cuanto a la atención o al servicio recibido?

Sí. Nunca podré entender que una persona que se dedique a esto pueda tratar a los comensales de distinta forma según sean clientes habituales o no. Haciendo que estos se sientan incómodos en su estancia.

Y al contrario, ¿cuáles son los lugares que destacan por un buen servicio y atención a sus clientes?

Aquellos en los que independientemente del conocimiento de las técnicas de sala que tengan, cuiden mucho el trato y la atención. Los pequeños detalles marcan la diferencia.

Como sabemos, el mundo de la restauración, de la hostelería, evoluciona a pasos agigantados. ¿Cómo ha cambiado desde, por ejemplo, cuando acabó los estudios hasta ahora?

Creo que, en la sociedad de hoy en día, el cliente tiene más cultura gastronómica. Y sale mucho más que entonces por lo que sus expectativas y necesidades de consumo también han cambiado. Esto hace que se estén creando nuevos conceptos donde el servicio es más desenfadado y más cercano, más humano.

Parece que cada vez más están teniendo protagonismo en los restaurantes y locales el personal de sala. ¿Cómo debe integrarse con el resto del equipo? Y, sobre todo, ¿cómo se debe gestionar el auge de esta figura?

En mi opinión, es importante que se de más protagonismo a la sala, formando un solo equipo en el que las personas, cocineros y camareros, creen conceptos conjuntamente. Se debería  poner en valor el talento de cada uno de los componentes del equipo para que todos se sientan parte del mismo.

¿Qué consejo podría darle a nuestros Bartalents?

Que aprendan a disfrutar del servicio. No hay nada más reconfortante que hacer feliz a las personas. Y el arte de servir tiene intrínsecas acciones que hacen que una persona pueda sentir y transmitir felicidad.