La importancia de la acústica en tu restaurante

acondicionamiento acustico

Ir a un restaurante es un desahogo, una forma de salir de la rutina, probar sitios y comidas nuevas. Por eso es muy importante cuidar hasta el último detalle, y la acústica es algo esencial. ¡Te explicamos cómo detectar si tienes una buena o mala acústica y cómo puedes solucionarlo!

Los consumidores, cuando acuden a cualquier bar o restaurante, no sólo buscan llenar el estómago y seguir con su camino. Sino que ahora va más allá. Quieren sentirse satisfechos con la experiencia en general; comida, decoración, limpieza, atención, servicio y calidad acústica.

Parece mentira lo que es capaz de conseguir una buena calidad acústica y lo que, si no la hay, es capaz de provocar. Una experiencia buena con la mejor comida y atención recibida puede convertirse en un mal recuerdo si hay mucho ruido. Si no podemos mantener una conversación fluida entre nosotros o con el propio camarero, puede llegar a provocar que los clientes no vuelvan.

En este post vamos a hablar de la importancia que tiene el ruido en cualquier restaurante y, además, daremos unos consejos para poder acondicionar acústicamente vuestro local. Así que, ¡vamos a ello!

Principales problemas

Una mala acústica resulta ser un verdadero problema, a corto y largo plazo, en cualquier bar, restaurante o local de ocio. Si el ruido es incesante, se convierte en desagradable. Lo que provoca que los clientes se estresen, se agobien y empiecen a tener una sensación negativa de la comida/cena. Por lo que, con total seguridad, no volverán. Además, para los empleados también tiene muchos efectos negativos. Ya que provoca estrés, ansiedad e irritabilidad, generando mucho más cansancio a lo largo de la jornada.

El acondicionamiento

Para evitar todas estas molestias, sólo hay que llevar a cabo un acondicionamiento acústico en las instalaciones. La Fundación Oir es Clave, con su iniciativa “Comer Sin Ruido”, propone diferentes métodos para ayudar a los restaurantes a mejorar sus instalaciones. Para que los comensales puedan acudir a los locales sabiendo que el confort acústico está asegurado.

Algunas de estas propuestas son:

  • Elementos acústicos: instalar paneles absorbentes en el techo, utilizar materiales porosos, hacer uso de tejidos decorativos, como cortinas en las ventanas, que reduzcan los decibelios, instalar dobles cristales para evitar el ruido exterior, así como dobles puertas…
  • La distribución de las mesas: muchas veces, para poder acoger a más clientes, los restaurantes ponen las mesas demasiado cerca unas de otras, lo que provoca muchísima incomodidad entre los comensales y hasta en los propios camareros. Además, las conversaciones de unos y otros se mezclan. Por lo que los tonos de voz van aumentando cada vez más, creando una atmósfera poco favorable. Colocar las mesas adecuadamente y con la suficiente distancia para mantener la intimidad de sus ocupantes.
  • La gran aportación de los empleados: los camareros deben ser conscientes de la necesidad de crear una zona de confort acústica, por lo que deben evitar hacer ruido innecesariamente. Para ello, deben ir con cuidado al manipular la vajilla, intentar no arrastrar muebles, como sillas o mesas. O instaurar un lenguaje de gestos entre ellos para no tener que dar voces para comunicarse, procurar no dar portazos con puertas o armarios…

En conclusión, el ruido es uno de los principales problemas que puede sufrir un restaurante. Por ello, es completamente necesario tomar medidas para conseguir un local que sea acústicamente agradable. Llevar a cabo un buen acondicionamiento acústico, a través de los cambios que hemos explicado, atraerá a mucha más clientela. Y, además, fidelizará a los que ya nos conocen. La inversión inicial puede parecer costosa pero, en poco tiempo, se verá más que compensada.