Comida para llevar: adapta tu Menú del Día a este nuevo formato

Con la llegada del coronavirus muchas empresas comenzaron a instaurar el teletrabajo entre sus empleados. Como consecuencia, muchos bares y restaurantes perdieron su habitual clientela que acudía diariamente al reclamo del menú diario. Aun así, aunque ahora el trabajo se haya trasladado a casa, la disponibilidad para preparar la comida durante la jornada laboral sigue siendo la misma, por eso, te traemos una alternativa que no puedes dejar escapar: ¡menú diario en formato para llevar!   

¿Sabes cómo adaptar tu menú del día al formato take away

La principal tarea a realizar es un análisis en profundidad de nuestra carta, y decidir qué platos podemos hacer para llevar y cuáles no. Una posibilidad bastante práctica es dividirlos en tres categorías: los que, por sus características, se prestan directamente al servicio de comida para llevar, los que con algunos cambios podrían adaptarse al formato para llevar, y los que en ningún caso (o muy difícilmente) pueden consumirse fuera del local. 

  1. Directo para llevar

En la primera categoría se encuentran los platos ideales para el take away, aquellos que es posible transportar muy fácilmente y pueden entrar directamente en el menú para llevar: Estamos hablando de ejemplos como escalopines, alitas de pollo, pescados a la romana, o de tapas típicamente españolas como croquetas, chipirones, patatas, que no precisan de ningún cambio para que el cliente se lo lleve a su casa o al parque... más que añadir un envoltorio (envase de aluminio), una bolsa y unas cuantas servilletas.

  1. Unos cambios to go

No obstante, también podemos optar por ser creativos, y con unos pequeños cambios, convertir platos que en principio no aguantarían mucho fuera de su hábitat natural en platos fácilmente transportables. Por ejemplo, las salsas y aliños que estropearían la textura si el alimento no se consume rápidamente pueden ofrecerse por separado: aceite, vinagre, guacamole, mayonesa, salsa brava, etc., pueden incluirse en dosis individuales, para añadir al plato en el mismo momento de su consumo. 

Otras opciones serían cambiar el tipo de corte, o escoger el acompañamiento que se considere más adecuado para que aguante en buenas condiciones un poco más de tiempo. En efecto, algunas combinaciones habituales en el plato (por ejemplo, pescado y ensalada) son de difícil encaje en un mismo envase, por lo que la solución vuelve a ser empaquetarlos por separado. 

El tamaño del envase también es importante en el menú para llevar: no es lo mismo tomar un arroz en la paella o una tortilla en el plato que una ración para llevar. Lo mismo sucede en todos los platos de cuchara, como sopas, gazpacho, fabada o lentejas: habrá que adaptar el tamaño de la ración y el precio al tamaño del envase.

  1. Platos imposibles de adaptar

Finalmente, siempre habrá algunos platos de la carta que, debido a su complicación, tendremos que sacrificar y eliminar del menú para llevar. Carne a la brasa, huevos rotos, fondue o cualquier guiso muy elaborado son algunos ejemplos de platos imposibles de adaptar y de transportar en condiciones. La única opción de seguir consumiéndolos será hacerlo dentro del local.

¡No olvides añadir bebida y postre!

Incentiva a tus camareros para que pregunten a los clientes si quieren una  bebida con su menú take away o introdúcela en el precio del menú del día. Como sabes, la bebida es uno de los elementos del menú del que más rentabilidad puedes obtener.

Otra opción para aumentar el ticket medio es incluir un postre dentro del menú añadiendo un pequeño suplemento al precio.

Además… ¡cuida la imagen!

En cualquier caso, que estemos hablando de comida para llevar no implica que tengamos que descuidar la imagen, tanto la del plato como la del menú. Además de un envase elegante, con un tamaño adecuado y un diseño en la línea de la imagen que quieras transmitir, el formato comida para llevar también puede incluir toques finales que siempre se agradecen, como una hoja de albahaca, o formas geométricas bonitas. 

Lo mismo sucede con la carta, sea en papel o sea online. El hecho de que sea para llevar no está reñido con un diseño atractivo, y si puede ser, diferenciado de la carta para consumir en el local. Lo ideal es que no haya jerarquías y que no haya un menú principal y uno secundario, sino que ambos estén al mismo nivel.

Grandes ventajas

Por último, no olvides que la comida para llevar no solo tiene ventajas para el cliente con prisa: también la tiene para los establecimientos. Los clientes no ocupan mesa, por lo que ahorraremos en espacio y en costes de personal, además tenemos la posibilidad de llegar a nuevos clientes que tal vez no se pararían en nuestro establecimiento, pero sí les apetece un menú para llevar. Eso también hace que podamos servir más platos por hora, por lo que según la demanda que tengamos, los beneficios pueden aumentar considerablemente. 

La comida para llevar ha llegado para quedarse. Aprovechemos las ventajas que ofrece para consolidarnos como restaurante que ofrece este tipo de servicios take away de calidad y no renunciemos a él.