Caso de éxito: Viró Gastrobar, hablamos con su propietario Víctor Rodríguez

El 15 de marzo de 2020 se decretó el Estado de Alarma en nuestro país con la llegada del Covid-19. La imposibilidad de salir a la calle y el cierre de la mayor parte de la actividad de los negocios causó graves consecuencias económicas en la mayoría de las empresas, especialmente en la hostelería y la restauración, negocios que no se sustentan sin sus clientes. 

En el contexto de esta crisis sanitaria y económica, muchos bares y restaurantes tomaron la iniciativa y empezaron a reinventarse. Ante la falta de previsión de lo que iba a suceder, plantearon la única solución para continuar con su negocio, si sus clientes no podían acudir a sus restaurantes, los restaurantes acudirían a ellos. Los servicios de Delivery y Take-away que por entonces se limitaban en la mayoría de los casos a las cadenas de restaurantes de comida rápida, se convirtieron en una luz al final del túnel. Bares y restaurantes trabajaron a contrarreloj para adaptar su servicio tradicional a la comida a domicilio y para llevar. 

Uno de estos ejemplos es Viró Gastrobar, el primer Gastrobar de Guijuelo en Salamanca, un restaurante que nació para acercar la alta cocina a todos los bolsillos y que desde el inicio de esta pandemia ha demostrado ser un ejemplo a seguir en su adaptación y evolución en la situación que estábamos viviendo. 

Hablamos con Víctor, propietario de Viró Gastrobar.

En esta entrevista, Víctor nos revela que el servicio de Delivery/Take-away era algo que ya se había planteado como una posibilidad en Viró Gastrobar pero la llegada del Covid-19 fue el empujón definitivo para lanzarse a desarrollar esta nueva línea de negocio porque verdaderamente se trataba de un nuevo servicio completamente distinto al del restaurante. Había que elaborar una carta propia y estudiar el packaging para asegurar así que los productos llegaran con la máxima calidad a las casas de los clientes.

Nos cuenta Víctor, propietario de Viró Gastrobar que desde el principio tomaron la decisión de elegir repartidores propios asegurando así los tiempos de entrega y el estado de los pedidos tras el transporte. Desde Viró Gastrobar, consideran que lo que más valoran los clientes es la puntualidad y el estado de la comida cuando la reciben en sus casas por lo que era para nosotros un aspecto fundamental a tener en cuenta sobre todo en los duros momentos que estábamos viviendo cuando pedir a domicilio era prácticamente lo único que podíamos hacer para “salir de la rutina”

Debido a ello, el mayor reto para Víctor y todo su equipo fue coordinar y organizar los pedidos para que salieran calientes y a su hora. Para poder conseguirlo, vieron necesario tener su propia aplicación que les permitiese gestionar todo de manera más rápida y automática. Gracias a ella consiguieron una buena organización y sacar todo el beneficio al gran éxito que estaban teniendo y el elevado número de pedidos que llegaban. 

Entre las claves del éxito, Víctor destaca que para adaptar su carta a este servicio de comida a domicilio-para llevar, estudiaron durante las largas horas de confinamiento tanto los platos que incluirían como el packaging que necesitarían para que los clientes disfrutaran de ellos como si estuvieran en el restaurante logrando que llegaran siempre en perfectas condiciones. 

A pesar de los duros momentos, el servicio de delivery/take-away permitió a Viró Gastrobar ampliar su público y llegar a clientes que antes no les conocían. ¡Siempre hay que sacar detalles positivos! Además, afirma Víctor y todos estamos completamente de acuerdo que la comida a domicilio-para llevar ha venido para quedarse aunque una experiencia 100% real solo se consigue acudiendo presencialmente por lo que habrá un momento para cada cosa, un domingo de sofá y peli para pedir y un viernes para disfrutar yendo a tu restaurante favorito.