Claves para la gestión del personal en la nueva normalidad

En la nueva normalidad, el principal objetivo de los negocios de la hostelería debe ser recuperar la confianza de los clientes, adaptándose a la situación sanitaria y trabajando con todas las garantías de seguridad necesarias. No hay que olvidar que la pandemia del coronavirus ha provocado cambios en las prioridades de clientes y hosteleros, y que minimizar el riesgo de contagio es beneficioso para todos.

Ciertamente, mantener las distancias interpersonales y seguir todas las recomendaciones no siempre es fácil. Pero tenemos que acostumbrarnos a ello. En este artículo ofrecemos claves para que los equipos de trabajo puedan funcionar de la mejor forma posible en las terrazas

Redistribuir las terrazas y salas para evitar la propagación del coronavirus

Las terrazas son una de las grandes oportunidades para la hostelería cuando todavía hay buen tiempo. Pero está limitada en varios territorios en términos de aforo, al igual que las salas o el uso de la barra para servir a la clientela. Además, hay que tener en cuenta que es obligatorio dejar una distancia de precaución en cada espacio de mesas y sillas. Esta redistribución, que provoca que las distancias se espacien, también facilita la tarea de los camareros, para que se puedan desplazar sin poner en riesgo su integridad y la de los clientes. 

La distancia interpersonal es fundamental para evitar la propagación del coronavirus, según los especialistas. El mínimo recomendado, en este sentido, son 1,5 metros, aunque la distancia más adecuada entre personas son los 2 metros. 

Es mejor no utilizar el teléfono móvil durante la jornada laboral

Vivimos inmersos en tiempos en los que el contacto digital se ha incrementado todavía más, ya que se ha convertido en la principal forma de interactuar, en la mayoría de las ocasiones, con aquellos seres queridos con los que posiblemente haga un par de meses que no coincidimos. Ahora bien, durante la jornada laboral se aconseja que los empleados no lo utilicen.

El teléfono móvil puede ser una fuente de contagio. Las partículas del virus se pueden incrustar en la pantalla, y es mejor, por lo tanto, que se dejen en un sitio seguro. Ya habrá tiempo de hablar con nuestros amigos y familiares. Tenemos que proteger nuestra salud y la de las personas que vienen a nuestro local.   

Algo similar sucede con las típicas pausas para descanso en los turnos. Tenemos que evitar los contactos y la presencia en zonas comunas lo máximo posible. Ceñirse a realizar lo que sea imprescindible para el servicio impedirá que nos podamos contagiar cuando bajamos la guardia.

Las tareas de limpieza de utensilios, en el lavavajillas

En la medida de lo posible, se aconseja que no se limpien los utensilios utilizados por los clientes, como vasos, platos o cubiertos, a mano. Es mucho más seguro limpiar con lavavajillas, en caso de que se disponga de este tipo de electrodoméstico. Otra opción también son los utensilios de un solo uso.

Limitar la presencia de elementos de uso compartido

También es muy importante que se retiren todos aquellos elementos que pueden ser empleados por más de un cliente, así como por distintos trabajadores. Hacemos referencia, por ejemplo, a las cartas o los servilleteros.

Los horarios para recibir pedidos, estratégicos

Para una buena organización, y que el servicio no se sature, es esencial establecer un buen sistema de organización. En el caso de disponer de un servicio de take away, se hace necesario repartir bien los horarios de recogida, para que los clientes no coincidan. Esta medida también repercutirá en nuestro equipo, que podrá preparar los pedidos con un volumen trabajo óptimo, y que podrá desinfectar la zona de recogida entre cliente y cliente.

Acceder al puesto de trabajo con la ropa ya puesta

Por último, no podemos obviar la cuestión de la indumentaria. Si bien se pueden habilitar zonas de vestuario, lo más seguro es que cada trabajador venga desde casa con la ropa y el calzado que llevará durante la jornada puestos. También es preferible que el lavado de la ropa se haga de forma individualizada, en el domicilio de cada trabajador, de forma excepcional, con lavadora y en una temperatura que se sitúe entre los 60ºC y los 90ºC.

Proteger a los empleados y clientes es proteger la hostelería

Todas las medidas propuestas están pensadas para minimizar el riesgo de contagio. En estos tiempos difíciles, hay que recordar que el éxito de un hostelero depende de las personas: tanto del equipo completo como de los clientes. Protegerlos como es debido es, al fin y al cabo, proteger el futuro del negocio.