La atmósfera que los clientes esperan cuando vienen a nuestro bar

Tener alternativas culturales al alcance de la mano como libros o prensa, poder ver las noticias, comentar un documental sorprendente, y claro está, ver un partido de Liga, ayudará a tu establecimiento a conseguir lo que busca: que los clientes un tu bar un lugar de refugio.

En el bar A, puedes ver las noticias en la tele pero no puedes leer el periódico ni hojear el dominical. En el bar B, no puedes ver la tele y no hay prueba alguna de que a nadie allí presente le interese saber qué sucede en el mundo. Por no haber no hay ni un diario deportivo.

En el bar C, hay prensa variada del día, revistas de actualidad y moda pero no hay tele ni la va haber nunca. Hay muchos libros viejos y nuevos, manoseados. Cuando el camarero está apunto de dormirse enciende la música.

Y por último, en el bar D, hay televisión con las noticias puestas, wifi gratis, prensa del día, revistas del mes y un hilo musical encantador a un volumen perfecto.

Pregunta: ¿Qué bar tiene más papeletas para que la gente se quede, consuma y vuelva?
Solución: Esto no son matemáticas, por lo que no tenemos una respuesta exacta.
Pero el bar D cuenta con todo aquello que se demanda para pasar el tiempo y en consecuencia, consumir más.

El bar C refleja la opción de una minoría melancólica, heredera de los cafés literarios de antaño al que acude un público sesudo con pocas ganas de relacionarse y muchas de que no le incordien. No ve la tele por principios. Este tipo de bar cuenta con un público insobornable y muy fiel.

Por todo esto, no es casualidad que el origen de muchas piezas culturales (canciones, páginas de libros, guiones, dibujos, etc.) hayan germinado en bares y restaurantes de todo el mundo.

La atmósfera que se respira en un bar invita a pensar, a dialogar y a discutir. Tres acciones claves a la hora de dar con una idea que sirva para algo. Además es más probable que el área creativa del cerebro se ponga en marcha cuando una persona no está alerta.

Por eso, al sentarnos junto a la barra o en una mesa de bar a consumir un refresco con aperitivo, un menú del día o lo que se nos antoje, aumentan las posibilidades de que nuestra mente se relaje.

Y si también le damos la opción de echar un vistazo al periódico, o leer un artículo en una revista, el cliente se evadirá. Entonces habremos conseguido sin querer lo que él venía buscando: escaparse por unos minutos de lo que está sucediendo en su vida para hacer un break mental y encontrar el respiro que buscaba.

Quizá en ese momento resuelva el problema que le perseguía, y nosotros por el simple hecho de haberle dado la oportunidad de informarse o entretenerse le habremos aportado algo bueno en su vida. Y nos cogerá cariño y tendrá una asociación positiva con nuestro establecimiento.

Esta reflexión pretende concienciar al camarero de lo simple y relativamente barato que resulta hoy convertir un sitio de ir a “tomar algo” en un lugar de evasión.
Muchas personas disfrutan de este ritual de lectura mientras desayunan. Otras van con sus libros a dejar correr el tiempo mientras se mimetizan con el personaje de una novela. Otras se quedan atontadas viendo el resultado de los partidos de liga. Y otras simplemente, van a chupar del wifi.

En realidad sólo son buenas razones para que nunca falte lo que necesita tu cliente, aunque él ni siquiera lo sepa.