La importancia de una buena higiene para nuestro establecimiento

Tutto Impoluto

Han tenido que pasar la tira de siglos hasta que el ser humano ha entendido que por ser o hacer el cerdo no te conviertes en uno.

Los cerdos son graciosetes y muy generosos en eso de darse en cuerpo y tripas. Pero como no estamos aquí para hacer el marrano y el asunto que nos compete es muy serio, puedes ir a lavarte las manos antes de continuar leyendo.

Si hay algo inadmisible en un sitio en el que se come y se bebe es que esté sucio, incluso que no esté muy limpio. La higiene se encuentra por encima de cualquier otra premisa cuando se trata de hostelería. Si la limpieza del producto, del establecimiento y del personal no es excelente nadie se va a fijar en que das un servicio alucinante. En este punto, es cuando no puedes olvidar que tu higiene es igual de importante que la de los alimentos o tu propio espacio de trabajo.

Tú, como empleado y líder de la cadena de valor del establecimiento, encárgate de saber si el responsable del negocio ha implementado sistemas de higiene adecuados (basuras, maquinaria, aspiración, productos de limpieza, bayetas, fregonas, trapos, etc.) y sé proactivo si consideras que falta algo o que se puede mejorar algún aspecto en este sentido.

Un descuido tan común como no lavarse las manos puede desencadenar una concatenación de catástrofes que empiezan con la contaminación cruzada por contacto de una uña roñosa con un alimento y en pocas horas, esto se convierte en intoxicación alimenticia. La vida de un cliente está en riesgo y con él, la vida de tu negocio, y así todo se puede ir a la porra por no haberte lavado las manos y cortado las uñas.

Esto ha sucedido en innumerables ocasiones y en otras tantas, Sanidad ha echado el cierre de negocios hosteleros que no tenían la pulcritud como ley capital.

Es importante que comprendas que la higiene no se limita a la limpieza. La higiene es una manera de vivir y proceder. Imagina que un día vas a trabajar enfermo y toses o estornudas y no lo frenas con las manos o con un pañuelo… Tus virus y gérmenes microscópicos encontrarán en tu establecimiento un paraíso de la reproducción. ¿Por qué? Porque en él, hay todo lo que los bichos necesitan para multiplicarse: materia orgánica y humanidad. ¿Se le puede pedir más a la vida como microorganismo con hambre de pandemia?

Así que grábate a fuego que la reputación de un negocio hostelero empieza y termina en la profilaxis en todos los elementos de la línea de producción incluido tú de cabeza a los pies.